martes, 3 de noviembre de 2009
A ojos cerrados
Los últimos polémicos procesos de concesión denotan una falta de preparación para suscribir contratos que repartan adecuadamente las ganancias entre la sociedad y los inversionistas
Los números son contundentes y dejan poco espacio para dudar de la conveniencia pues una brecha de infraestructura de US$36.760 millones, un Estado que con suerte puede alcanzar el 40% de ejecución en la inversión pública que se presupuesta, un 50% de las vías deterioradas por falta de mantenimiento incitan a recurrir al sector privado para realizar obras de infraestructura pública.
El Perú, como muchos países de América Latina, no está preparado para ejecutar concesiones bajo esquemas de APP (modalidad bajo la cual se concesionó el puerto de Paita, la Red Vial N° 4 y la planta de tratamiento de aguas residuales Taboada)
El experto explica que las APP tienen como requisito fundamental que el país cuente con un marco institucional sólidopero pocos, sin embargo, están dispuestos a esperar que las instituciones públicas funcionen mejor. Walter Piazza, presidente de la Cámara Peruana de la Construcción, señala que las recientes polémicas son solo “ruido mediático porque aquí no hay problemas de fondo.
Además Milton Von Hesse, profesor de la Universidad del Pacífico y ex director del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), considera a su vez que se debe insistir con las APP, pero mejorando su eficiencia.
El país tiene poco tiempo aplicando concesiones, el proceso se irá perfeccionando a lo largo de los años, empero, advierte que ante una concesión existe la perspectiva técnica y la política, siendo lo ideal que una no se imponga a la otra.
A favor de esa misma línea se manifiesta el estudio de la Corporación Andina de Fomento “Caminos para el futuro. Gestión de la infraestructura en América Latina”, solo de esa forma se lograría elaborar un contrato que sea atractivo, pero que no sea un pastel con cereza incluida para el inversionista.
Velarde luego manifestó que Pro Inversión no está bajando la valla y puso como prueba que hace tres semanas, cuando se quiso comprar 500 megavatios de energía a las hidroeléctricas, pues todo lo contrario sucedió en la concesión de la autopista Pativilca-Trujillo, en la que los cuatro postores prácticamente se arrancaron el proyecto de las manos ,en cambio en el caso de Paita, la concesión alentó un cambio en la administración del puerto para pasar de un sistema multioperador a uno de un solo operador, lo cual supuestamente eliminaría un sobrecosto de US$30 millones gracias a que habría menos intermediarios entre el exportador y el puerto.
Cabe decir que en cada proceso se busca mejorar las deficiencias encontradas; pues además hasta el momento, no existe una directiva para darle una nueva revisión a las cláusulas que se están colocando en los siguientes contratos de concesión.
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